Shiva



Capítulo 5.

Otras figuras del instinto musical del Universo
           
            5. 1. Shiva, el gran artista y la liberación danzante

                        5. 1. 2. Historia de Shiva
                        5. 1. 3. La devoción shivaíta
                        5. 1. 4. Atributos

                                   5. 1. 4. 1. Hermafrodita y Lingam
                                   5. 1. 4. 2. Toro

                        5. 1. 5. Epítetos

                                   5. 1. 5. 1. Rudra

            5. 2. El sacrificio dionisiaco en el Egipto Solar: Osiris

                        5. 2. 1. Osiris, el soberano sacrificado y la inmortalidad


Capítulo 5. Otras figuras del instinto musical del Universo    


5. 1. Shiva, el gran artista y la liberación danzante

Los Vedas son los textos sagrados del hinduismo escritos entre 1500 y 1000 a.C. El hinduismo clásico, posterior en muchos siglos a la época védica, asignó a distintos dioses los procesos cósmicos. Unos trescientos millones de deidades son imagen de los aspectos de la trimurtî, trinidad brahmánica formada por Brahma, el dios de la creación; Vishnu, el del sostenimiento del Universo; y por Shiva, el de la destrucción o disolución creativa:

La disolución, más que un exterminio apocalíptico es la reabsorción de lo creado en el seno del Ser. Shiva es también un símbolo de la liberación última, que disuelve el ego y funde el ser individual con el Absoluto. Durante la Edad Media proliferaron al sur de la India imágenes de Shiva como el rey de los danzantes o de los actores.  El dios, esbelto y afeminado, danza en un círculo de llamas con una expresión de gozo sereno. Sus atributos: una Luna (en sánscrito soma designa este cuerpo celeste, pero también una bebida ritual, néctar de la inmortalidad con el que se embriagan los dioses y que el yogui prueba interiormente en estados de meditación profunda). También aparecen el tigre y la cobra (emblema de la energía a la vez divina (Shakti) e interior (Kundalini).  En la oreja derecha porta un arete de hombre y en la izquierda uno de mujer, representando de manera sintética la totalidad y unión de los contrarios, el Ardhanaríshvara, “el Señor que es mitad mujer. 1

5. 1. 2. Historia de Shiva

En el hinduismo, el dios supremo es simultáneamente el criminal por excelencia. 2 Shiva es condenado a errar por doce años debido a que corta la quinta cabeza de Brahma, su padre. El cráneo del dios permanece en la palma de su mano a manera de platillo. La evidencia del crimen desaparece justo cuando Shiva llega a un lugar (Benarés) en el que su compañero nomádico desaparece (Brahmahâtyâ, el hecho de haber matado a Brahma). [3]
En el siglo XVII, Shiva es representado meditando sobre una piel de tigre junto a un toro que le observa encantado a la manera de los animales de Orfeo. Como Bhairava (el terrible y destructor guardián del territorio, el mismo que mató a Brahma), Shiva, semejante a Dioniso nómada, aparece rodeado de mujeres que, retiradas del mundo, le rodean con rostros extáticos que recuerdan a los de las ménades, al de la santa Teresa de Bernini y a las expresiones faciales comunes en las fiestas Rave. [4] Estas mujeres, que han seguido durante su destino errante al dios Shiva son ejemplo de almas ávidas de ser liberadas.
Shiva es la Danza personificada, es Nâtarâja, Rey de la Danza;  Natesha, el Señor de la Danza o Sunartaka, el que baila perfectamente. A la danza violenta, es decir, a la destrucción brutal, se une la danza seductora. La danza de Shiva es la del Conocimiento, la que triunfa sobre la ignorancia e incluso la muerte. Existe una historia en la que se dice que Shiva, nómada entre la vida salvaje de los bosques, baila para cautivar el corazón de las esposas de los sensatos incrédulos. [5] Al igual que en el caso de Penteo (cuyo nombre significa el que sufre), la cólera de los hombres es resultado de la incapacidad para reconocer al dios. La pasión de las esposas menádicas  manifiesta el deseo de libertad. A diferencia de Apolo y Vishnú, dioses de la civilización y el mundo urbano, Dioniso y Shiva  comparten el gusto por la vida salvaje de los bosques y sus animales. Ambos representan la potencia vital  convocando a la danza y al delirio musical.

5. 1. 3. La devoción shivaíta

El Shaivismo de Cachemira es una filosofía cuyos textos datan de la Edad Media. Algunos especialistas ya se han referido a la similitud entre los preceptos hindúes y la filosofía occidental de Friedrich Nietzsche, el “último discípulo de Dioniso”, tal como él mismo se hacía llamar. [6]
Como Orfeo sin su Eurídice, en otra vida Shiva queda viudo de una mujer que ha preferido lanzarse al fuego antes que sufrir la vergüenza que habría repercutido en su esposo. Sati, Sakti o Shakti, la perfecta, es otra o la primera Parvati y es la misma que ha dado el nombre al sacrificio de las viudas, el sati. [7] Inconsolable, Shiva se retira del mundo y se refugia en un bosque. Ahí se convierte en el gran maestro, el que recrea el Universo a través de la meditación. Al lado de los dioses y de los sabios, Shiva aprovecha su retiro para difundir su conocimiento que trata sobre la música, la gramática, las ciencias y la doctrina shivaíta.
Con cierta similitud órfica, la devoción profunda a Shiva (tal como a Dioniso órfico, El Supremo), lleva a los iniciados a abandonar el mundo social para entregarse a una vida de renuncia ascética que puede incluir danzas y ejercicios acrobáticos purificatorios. Para muchos de los sadhûs provenientes de todas las corrientes del hinduismo, Shiva es el modelo a seguir como el asceta errante por excelencia. [8]
Shiva es el supremo maestro, pues a él se atribuyen las cuatro ciencias que conducen al conocimiento/inteligencia de la realidad superior: el yoga o método de percepción supra-sensorial de las realidades trascendentales; el vedanta o teoría metafísica que es la comprensión intelectual de las realidades trascendentales; la semántica o estudio de los medios de transmisión del saber que estudia las relaciones entre las palabras o los símbolos verbales y las ideas o imágenes mentales; y la música, que es la percepción directa de las relaciones simbólicas de los nombres con las ideas o las formas. Como Orfeo, el maestro iniciador, el dios ascético es el gurú por excelencia. Como dios supremo, múltiple e infinito, Shiva es el señor del cosmos y el dispensador del conocimiento, el gran chamán. Su imagen nos viene de las profundidades de la prehistoria. Pareciera ser el más antiguo de todos los dioses. [9] Por ser inventor de la escritura y civilizador, Orfeo bien podría ser sacerdote de Shiva (como lo es de Dioniso en su alejamiento purificatorio).
Semejante a Dioniso órfico, Shiva es el señor de la liberación. Al igual que a través del vivir órfico consagrado a Dioniso, el shivaíta libera su alma del ciclo infernal de la reencarnación. Y es que Shiva, como Zagreus, representa la más grande esencia del Universo: de la que todo emana y en la que todo se reabsorbe; origen y fin de la totalidad. Al igual que los órficos y los nuevos paradigmas científicos de nuestros días, los shivaítas conciben el Universo como un proceso de emanación-reabsorción; evolución-involución; creación-destrucción/disolución. Movimiento sucesivo e infinito de expansión-concentración semejante al órfico y al de la nueva ciencia: la disolución de la conciencia individual en la Unidad primordial y el proceso inverso, de la creación del Universo vía una multiplicidad de formas estará representado por Dioniso Zagreus. [10]

5. 1. 4. Atributos

Shiva aparece cubierto de ceniza con el cuerpo blanco o azul. En su frente un tercer ojo prefrontal que todo lo observa y que puede fulminar a sus adversarios (¿ojo pineal?). La luna creciente reposa en su cabeza. Porta serpientes o cráneos humanos como collares.  Tiene un tridente y un tambor (damaru) utilizado en los ritos funerarios. Como dios de la totalidad y lo multifacético, Shiva tiene tres o cinco cabezas y seis o diez brazos. [11]
Shiva baila y medita: su arte cósmico es uno, por cierto parecido a la pareja Dioniso-Orfeo. Bailar y meditar: imágenes semejantes a Dioniso, dios del delirio musical que invita a la danza ilimitada en los bosques y a Orfeo, divino músico-poeta que encanta el mundo terrenal con su creación musical.

5. 1. 4. 1.  Hermafrodita y Lingam                                                                      

Al igual que Dioniso, Shiva es representado con un lingam fálico. Bajo esta representación es adorado en los templos consagrados en su honor. [12] El lingam o falo es una de las formas a través de las cuales la naturaleza de lo informe puede ser representada. La imagen más significativa es la de un lingam inserto en el yoni o emblema femenino. Así, la diosa Parvati (cuyo símbolo es la vulva), recibe las aguas de la ablución de Shiva en un auténtico acto de comunicación sagrada. [13]
El simbolismo del hermafrodita en Shiva equivale a la unión del lingam (falo) con el yoni (órgano femenino). La unión de Shiva (la substancia) y de Shakti (la energía) es el fundamento de toda creación. Su símbolo es el hermafrodita cuya naturaleza es el deseo puro. Cuando la Existencia y la Conciencia se unen surge la voluptuosidad.[14]

5. 1. 4. 2. Toro        
                                                                        
El toro aparece tanto en el culto de Dioniso como en el de Shiva. En el caso del mito del dios griego, se cuenta que éste fue sacrificado por los Titanes bajo la forma taurina; también como toro cretense, Dioniso joven entregó la corona nupcial a Ariadna. La mitología de la India nos da cuenta de un toro acompañante de Shiva: ya sea que el dios monte al apacible animal, o bien, que el toro contemple con gran fascinación al maestro divino que medita sobre su piel de tigre en los adentros del bosque. Como Orfeo, Shiva libera toda forma de vida de su sueño más terrenal, invitándole a disfrutar del paisaje musical universal. [15]

5. 1. 5. Epítetos                                            

Al igual que Dioniso y que otros dioses de la India, Shiva posee múltiples nombres bajo los cuales se le rinde culto en diferentes ceremonias. Vishva-nâtha, el señor del Universo; Pashupati,  el “señor de las Almas”; Shankâra, “el de la calma o el que porta la felicidad”; Mahâdeva, “gran Dios” y  Mahesha, “gran Señor.” Shiva también es Kâla, el tiempo que destruye todas las cosas; Yoga, el Maestro de la reintegración y Ardha-nârî-îshvara,  el hermafrodita. De los 1008 nombres que tiene Shiva, muchos son epítetos descriptivos como tryambaka, el de los tres ojos; nîla-kantha, el del cuello azul; candra-shekhara, el coronado de la luna; Gangâdhara, el portador del Ganges; girîsha, el señor de las montañas; y kapâla-mâlin,  el del collar de cráneos.[16]
 5. 1. 5. 1. Rudra

Rudra es el equivalente védico de Shiva. En los textos sagrados, el nombre de Shiva aparece como un epíteto de Rudra, el benéfico. El origen del nombre de Rudra permanece oscuro y sólo se conocen etimologías simbólicas. Se dice que en cuanto Rudra nació, comenzó a llorar. Su padre, el Progenitor, le pidió una razón: el niño divino lloraba por no tener nombre; entonces su padre le llamó Rudra, el que llora.[17]
Rudra y Shiva son hoy día sinónimos. En teoría, Rudra representa la parte terrible y activa del dios, mientras que Shiva es la parte apacible, benéfica y trascendente. Cuando se está fatigado de vivir, de saber, de disfrutar y de sufrir se acude al Señor del Sueño. Así, el nombre de Shiva que proviene de la raíz shîn, sueño, nos remite a la imagen de un Orfeo de figura apolínea y espíritu dionisiaco ante el cual, todo se tranquiliza y queda encantado. Piénsese también en la naturaleza ambivalente del sueño: Shiva es aquéllo que puede tanto beneficiarnos como causarnos temor. [18]
Al igual que Dioniso, Shiva es tanto un dios sumamente popular, como una deidad mistérica. Sus representaciones están tanto en los templos sagrados y en los lingam que los devotos errantes  portan en sus collares, como en las monumentales entradas de los centros comerciales postmodernos y los pósters que se adquieren en los mercados. Nos encontramos frente a dos dioses que representan el origen y el fin de todas las cosas; ambos nos remiten a la creación celeste a través de la danza; ambos seducen y destruyen con el fin de liberar musicalmente a la conciencia individual para, en el estado más superior,  identificarse con ellos mismos.
Shiva, al igual que Dioniso, Orfeo o las Sirenas, es la manifestación musical de la creación; esencia que permanece oculta para los humanos, mas no ausente, pues el movimiento rítmico tiene tanto en el mundo humano como en el Universo un lugar preponderante. Shiva, las Sirenas, Dioniso y Orfeo comparten un arte que gustan comunicar, cada uno a su manera: el de la sinfonía cósmica:

Desde hace mucho tiempo, la música ha proporcionado las metáforas elegidas para referirse a los problemas relativos al cosmos que han dado más quebraderos de cabeza. Desde la antigua expresión pitagórica “música de las esferas”,  hasta las “armonías de la naturaleza” que han guiado la investigación a través de los tiempos, nos hemos dedicado a buscar la canción que canta la naturaleza en el tranquilo deambular de los espacios celestes y en el alboroto de las detonaciones de las partículas subatómicas. Con el descubrimiento de la teoría de las supercuerdas, las metáforas musicales adoptan un realismo sorprendente, ya que esta teoría sugiere que el paisaje microscópico está cubierto de diminutas cuerdas cuyos modelos de vibración orquestan la evolución del cosmos. Los vientos del cambio, según la teoría de las supercuerdas, soplan en ráfagas a través de un universo eólico. [19]

Como las nuevas ciencias, los personajes mitológicos relacionados con el delirio musical nos invitan a vivir y concebir de manera diferente el espacio-tiempo; también cuando se participa en la experiencia techno-ritual, nuevas posibilidades de comprensión y de comunicación con los elementos del Universo se abren a los Ravers que ya no se inician en un ámbito estrictamente religioso. La nostalgia por la danza sagrada se oculta bajo la escena de la música electrónica. La experiencia Rave tiene que ver con esta mirada del tercer ojo prefrontal (¿o pineal?) de Shiva: la que desnuda de los vestidos sociales y abre los párpados de la conciencia hacia otro horizonte, el más alto:

Shiva es a la vez creador y destructor. Sus esposas (Kali, “la obscura”, Durga, “la inaccesible” son a la vez amorosas y sanguinarias; además nos remiten al misterio nocturno. (...) En el culto de Shiva -como en el Dioniso- el arrebato de las pasiones y la práctica del ascetismo van a la par. La pluralidad de las figuras que Shiva y sus esposas representan muestran la esencia del orgiasmo: conjugación y multiplicación de pasiones que sobrepasan al individuo mortífero. El dios con serpientes y collares de cráneos juega con la muerte. Así exorciza la angustia de la finitud. Ese es el resumen de todo el misterio dionisiaco, el de afrontar colectivamente a través de la pluralidad de afectos y de cuerpos, el problema insuperable del límite. 20

5. 2. El sacrificio dionisiaco en el Egipto solar: Osiris

La jouissance et la mort, figures archétypales de toute existence, sont ainsi conjointes et se mettent en scène pour rappeler -ce que le mythe de Dionysos, Osiris et Shiva illustrent  de multiples façons- le cycle de l'éternel retour du même.
Michel Maffesoli [20]

Dioniso es el dios de las máscaras y como tal, también lo es de las múltiples formas y de los múltiples nombres. Si bien es imposible afirmar que Dioniso se encuentra detrás de la figura de otros dioses ajenos al panteón griego, lo cierto es que, como lo constatan los estudios en mitología comparada, divinidades de diversas culturas comparten algunos de los atributos del dios del éxtasis y del delirio musical. Para algunos, Dioniso “el dios misterioso en las fibras de la vid” como le llamó Baudelaire, equivale al dios Shiva, el benévolo pero también el terrible; así también al dios egipcio Osiris. [21]






5. 2. 1. Osiris, el soberano sacrificado y la inmortalidad

Isis, Osiris,  Neftis y Seth son los hermanos de la tercera generación divina. [22] Osiris reina en Egipto, quizá aún bajo la forma de toro, cuando, en un descuido, el dios toma el cuerpo de su hermana Neftis, también esposa de Seth, confundiéndole con el de su otra hermana y esposa propia, Isis. Seth, sumamente disgustado, le atrapa con la ayuda de setenta y dos cómplices y le encierran en un cofre que lanzan al mar. Los restos de Osiris llegan a Biblos (Fenicia) donde hacen germinar un árbol que el rey local instala en su palacio. [23]
Isis, triste e inconsolable, va en busca de su amada pareja. 25 La diosa, oculta bajo la figura de niñera del hijo del rey, recupera a su hermano y esposo volando como golondrina hacia la columna arbórea. Isis viaja con el cuerpo de Osiris de vuelta a Egipto. Las alas de la diosa dan un último soplo de vida al dios despedazado, tiempo necesario para que el divino se masturbe y con su semen logre fecundar a Isis. Ya en Egipto, la diosa oculta el cuerpo de Osiris en un barco, pero Seth lo encuentra y lo descuartiza en catorce pedazos que desperdiga por todo el reino. 26 Con gran esfuerzo y con la ayuda de su hermana Neftis, Isis recupera cada parte de Osiris a excepción de su miembro genital. 27 Isis reconstituye el cuerpo del dios y procrea a Horus quien es la reencarnación de Osiris. Ya adulto y después de haber sido resguardado durante toda su niñez, Horus debe enfrentarse con su tío Seth para definir su supremacía. Ante el tribunal divino, Isis pide que su hijo sea el supremo, lo cual le es concedido. Sin embargo, Seth no queda conforme e inicia una batalla en la que él y su sobrino Horus se sodomizan mutuamente.
Después del enfrentamiento, Isis desaparece todos los restos de esperma de Seth en Horus e introduce el esperma de Horus en Seth. Ante el tribunal, Seth se jacta de haber humillado y manchado a su sobrino, pero los dioses constatan  lo contrario.  Seth es condenado a servir a Horus y/o es enviado al bote cósmico-solar donde defiende naturaleza y cultura frente al dragón Apopis, hijo del caos. Horus deviene faraón y Osiris soberano de los muertos. 28 Así, la muerte del dios Osiris se debe, al igual que en el caso de Dioniso, a la cólera desatada por los celos divinos. Al igual que el dios griego, Osiris representa tanto la fertilidad como la muerte. 29
Seth, la esterilidad, es la antitesis de Osiris, quien representa la fertilidad. 30  Como polo opuesto a Seth, el dios salvaje del desierto, Osiris se relaciona con la tierra cultivada y el mundo ordenado.  La constante lucha entre ambos hermanos adversarios fue la base para el concepto egipcio de la creación. La muerte que encontraría Osiris sería, además, la creación para el más allá. 31 Como sucesor legítimo de Osiris, Horus es defensor del orden cósmico, es decir, de las tendencias salvajes de Seth quien también representa la negación al triunfo de la cultura. Así, por contraposición, Osiris y su sucesor comparten las características de un Orfeo civilizador.
A semejanza de la relación entre Dioniso y el dios sátiro de los campos (Pan), junto al popular Osiris se encuentra Bes, el dios de la alegría y la danza. Al igual que el bribón divino de los griegos, Bes es apreciado pese a ser el diablillo. Posee los artes de la música y de la danza, así como poderes mágicos contra enfermedades y peligros. En la época griega de  Egipto, Bes se pensaba como la encarnación de Pan, el amigo de perturbar la hora de la siesta.  32
En Las Historias de Herodoto (484-406 a-C), Osiris aparece como el mismo dios que en la lengua griega es conocido como Dioniso. La muerte y el despedazamiento se asocian con el ciclo de la vegetación. Osiris y Dioniso son divinidades de la vida terrestre, poderes subterráneos ligados a la fertilidad, al crecimiento, a la muerte y a la renovación: fuerzas terrestres y no solares como Apolo y Horus (o Seth). La representación plástica más antigua de Dioniso es una representación vegetal, arbórea. A él están consagrados el pino, la hiedra, la vid, la higuera y el manzano. 33
Como Dioniso, Osiris es un dios popular asociado a lo húmedo, lo oculto y el misterio, también identificado con el toro sagrado (Apis o Serapis para los egipcios). Osiris es el descendiente del espíritu neolítico de la fertilidad, sacrificado, despedazado y enterrado anualmente para la agricultura. Re y Osiris, la luz y la oscuridad, lo seco y lo húmedo, lo trascendente y lo emergente o inmanente. Como para la physis griega “que ama el ocultarse” (Heráclito), 34 la naturaleza en los egipcios se concentra en la humedad y la oscuridad de Osiris. 35 Dioniso y Osiris, dioses de la vida y la muerte; ambos sacrificados y ambos soberanos del Reino de los Muertos.36 El dios griego y el egipcio, junto a Adonis, Orfeo y Jesús, son las víctimas cuyo sacrificio permite la salvación de las almas. 37
Se ha enfatizado el hecho de que Osiris es un dios funerario no aristocrático. 38  Todos los faraones se identificaban con Horus, mientras que el faraón muerto se identificaba con Osiris. Pero además, Osiris democratiza la inmortalidad: cada uno puede obtenerla sin ser rey a condición de salir victorioso de la prueba (ética-religiosa). Con él, la teoría arcaica de la inmortalidad heroica cede su lugar a una concepción humanitaria. En este sentido, la doctrina del dios egipcio se asemeja a los preceptos de la órfica, la democratización espiritual dentro de algunos de los grandes sistemas políticos de la Antigüedad.



1La escritura más importante del shivaísmo de Cachemira dice:  «El Ser es un actor ». La sobreabundancia de gozo, la voluntad de juego es la única respuesta. El Ser juega a asumir los papeles de todos los individuos, e inicia la danza, la sostiene por un momento y finalmente, cuando termina, vuelve a ser él mismo. Desde este punto de vista, nosotros mismos somos ahora y aquí ese actor en plena representación. Cross, Elsa. “La danza de Shiva y los procesos cósmicos.” Nuestros Infinitos. El conocimiento del Universo. Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México. Agosto-Septiembre, 1994, Núm. 523-524. pp. 23-26.

2 Barazer-Billoret, M.; Dagens, Bruno. Shiva. Libérateur des âmes et Maître des dieux. France, Découvertes Gallimard, Religions, 459, 2004. pp. 47-48. Shiva no es representado ni como niño, ni como adolescente o como viejo, sino siempre como un adulto joven (aunque hoy día existen imágenes populares con fines didácticos que le representan como un niño con todos los atributos del dios).

[3] Ibid. p. 49.

[4] Ibidem.

[5] Ibid. pp. 51-52.


[6] Elsa Cross describe como el culto a Shiva –el más antiguo de la India que data de los siglos XXV al XX a.C.– cuenta con las ideas nietzscheanas del superhombre, el eterno retorno, el devenir como juego, la ruptura de la individuación y el retorno a la unidad. “La voluntad de poder no alude a un concepto de dominio y subordinación, sino a la raíz de todo instinto e impulso vital ligada a la voluntad suprema de afirmación de la vida y del mundo; la voluntad del superhombre.”  Cross, Elsa. “El universo como juego: Nietzsche y el Shaivismo de Cachemira.” En La realidad transfigurada. En torno a las ideas del joven Nietzsche. México,  UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 1985. Apéndice II. pp. 111-122.

[7] Ibid. p. 49. Un pasaje de un texto mítico llamado Yoni-tantra cuenta como Shiva, profundamente triste e inconsolable, lleva consigo el cuerpo sin vida de la diosa Sakti (su esposa) y como Brahma corta en pedazos el cadáver y lo manda lejos para aligerar la carga del dios. El yoni (entrada y salida del espacio intra-uterino) de Sakti cae en la tierra en un lugar donde se le erige después un templo (en Kamakhya, Assam). Ahí, el yoni está representado por una roca rasgada que se mantiene húmeda gracias a una fuente de agua, misma que, una vez al año, colorea rojo debido a la presencia de óxido de hierro. Así, esta “menstruación anual” es la mejor prueba de que la diosa y la Tierra son una. Husain, Shahrukh. La vulve. Dans La grande déese-mère. Création, fertilité et abondances, mythes et archetypes féminins. Taschen, Singapore, 2001. p. 97.

[8] Barazer-Billoret, M.; Dagens, Bruno. “Les renonçants. Dans Shiva. Libérateur des âmes et Maître des dieux. pp. 60-61. La filosofía shivaíta representa el aspecto más abstracto del pensamiento religioso hindú. La cosmología shivaíta es anterior e influyó en la cosmología védica.


[9] Daniélou, Alain. Mythes et dieux de l'Inde. Le polythéisme hindou. France, Flammarion, 2004 (1992). p. 306.

[10] La Conciencia suprema es la causa de todos los procesos cósmicos. Desde su estado más elevado, desciende hacia la manifestación, contrayéndose. La Conciencia suprema queda así convertida  en la mente individual, que desconoce su identidad, su origen y el hecho de que ella misma puede también efectuar las cinco acciones o procesos cósmicos, tal como Shiva. Cuando lo descubre, en lugar de nutrir su permanencia en el mundo fenoménico, inicia el viaje de retorno  hacia su estado originario. Lo que se había contraído se expande nuevamente; la mente individual  vuelve al estado de la Conciencia última, y el individuo deja de ser tal y alcanza el estado perfecto, el del ser liberado, idéntico a Shiva. Cross, Elsa. “La danza de Shiva y los procesos cósmicos.” “La danza de Shiva y los procesos cósmicos.” Nuestros Infinitos. El conocimiento del Universo. p. 26.

[11] En una representación tricefálica en la gruta de Elefanta (de seis metros de altura), Shiva aparece con un rostro sereno, otro terrible y otro femenino. Barazer-Billoret, M.; Dagens, Bruno. Shiva. Libérateur des âmes et Maître des dieux. pp. 60-61.

[12] La palabra linga quiere decir “signo.” Daniélou, Alain. Mythes et dieux de l'Inde. Le polythéisme hindou. p. 329.

[13] Incluso Shiva es representado como un mukhalinga, “lingam con cara” que corresponde al estado intermedio (Sadâshiva). La montaña de Vat Phu (en Laos) es considerada como un lingam natural. Ahí existe un bajo relieve rupestre en el que se representa a Shiva en supremacía al centro de Brahma y Vishnú. Barazer-Billoret, M.; Dagens, Bruno. Shiva. Libérateur des âmes et Maître des dieux. pp. 60-61.


[14] Daniélou, Alain. Mythes et dieux de l'Inde. Le polythéisme hindou. p. 312.

[15] Como compañero de Shiva, el toro recibe un culto diario mediante sus gigantescas representaciones cubiertas de cenizas y guirnaldas.

[16] Ibid. p. 295.


[17] Ibid. p. 299.

[18] Desde el punto de vista del ser individual, la destrucción se manifiesta siempre en dos estados sucesivos: el primero es la muerte física; el segundo es la disolución de la individualidad sutil. El primero es el fin de la existencia aparente; el segundo es la liberación de los lazos sutiles. Así, existen dos aspectos de Shiva: el temible y el deseado, el inmediato y el trascendente. En su acción última, Shiva representa la muerte de la muerte, es decir, la vida eterna. Por otra parte, es justamente de la destrucción de donde nace la vida. Ésta, no es más que el acto de destruir, de devorar la vida. La vida es la imagen misma de lo que produce la muerte.  En tanto que fin de todas las cosas, Shiva es el dios de la muerte; en tanto que origen de toda creación, el dios es la fuente de la vida.  Shiva es representado como el dios que destruye y devora, pero también como el misterioso y el lúbrico que va errante  a través de los bosques y las montañas, dando nacimiento a todas las formas de la vida, creando mundos y criaturas nuevas al ritmo de su danza, a través de los sonidos de su tambor y de sus posturas de yoga, así como por las gotas de su semen lanzadas a los vientos. Ibid. p. 295, 306. (Ch. V. Le Seigneur du Sommeil) .


[19] Según la teoría de cuerdas, los componentes elementales del universo  no son partículas  puntuales, sino diminutos filamentos  unidimensionales, algo así como tiras de goma infinitamente delgadas, que vibran de un lado para otro. Cada partícula elemental está formada por una sola cuerda -es decir, cada partícula individual es una cuerda individual- y todas las cuerdas son absolutamente idénticas. Las diferencias entre las distintas partículas surgen debido a que sus cuerdas respectivas están sometidas a diferentes  resonantes de vibración. Lo que se presenta como partículas elementales diferentes es en realidad las distintas “notas” que produce una cuerda fundamental. El universo -que está compuesto por un número enorme de esas cuerdas vibrantes- es algo semejante a una sinfonía cósmica. Greene, Brian. El universo elegante. Supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final. Barcelona, Planeta/Crítica, 2001. p. 157-168 (The Elegant Universe. New York, 1999. Tr. Mercedes García  Garmilla).


20 Maffesoli, Michel. L’ombre de Dionysos. Contribution à une sociologie de l’orgie. Paris, Le Livre de Poche, 1985 (1982). p. 59. El placer y la muerte, figuras arquetípicas de toda existencia, están así unidas y se presentan para hacernos recordar -lo que los mitos de Dioniso, de Osiris y de Shiva ilustran de múltiples formas- el ciclo del eterno retorno de lo mismo. Ibid. p. 19. 






[21] Detienne, Marcel. Dioniso a cielo abierto. Barcelona, 1986. p. 11. (Dyonisos à ciel ouvert. Tr. Margarita Mizraji)

[22] Isis (reina de Egipto), Osiris (dios de los muertos), Neftis (sombra gemela de Isis y protectora de los difuntos) y Seth (caos) son producto de la relación incestuosa entre Nut (la diosa cielo) y Geb (el dios de la tierra). Les preceden también los procreadores incestuosos de la atmósfera: Tefnut (la humedad), y Shu (el dios aire). Éstos últimos son los procreados por el semen de Atum, dios primigenio que existe en el seno de las aguas primordiales. Schulz, Regine. “Los dioses del antiguo Egipto.” En Schulz, Regine; Seidel Matthias (eds). Egipto. El mundo de los faraones. Könemann, Francia, 1997. pp. 522-523. (Ägypten. Die Welt der Pharaonen. 1997. Tr. José Miguel Storch; Enrique López). Husain, Shahrukh. “Généalogie des dieux et des rois d'Egypte.” Dans La grande déese-mère. Création, fertilité et abondances, mythes et archetypes féminins. p. 84.

[23] Osiris es así un dios-árbol. También como dios de la fertilidad, es representado de manera itifálica. Young, Dudley. Origins of the Sacred. The Ecstasies of Love and War. New York, St. Martin Press, 1991. p. 254.

25 Isis es virgen y esposa divina, señora de la magia y del cielo, diosa de la maternidad y de la muerte. Se representa con el jeroglífico del trono o con cuernos de vaca y un disco solar entre ellos. “Isis es la transcripción griega de Esi la que está sobre el trono, es decir, la reina. Esta diosa tiene el poder real que ha recibido como esposa de Osiris. A veces identificada con Nut, Isis es también la madre de Osiris. Cuando ésta va a buscarle, un periodo de esterilidad azota los campos egipcios. Husain, Shahrukh. Le triomphe d'Isis et Généalogie des dieux et des rois d'Egypte. La grande déese-mère. Création, fertilité et abondances, mythes et archetypes féminins. p. 32, 33, 86.

26 Daraki, Maria. Dionysos et la Déese Terre. Paris, Flammarion, 1994. p. 110. Así como Dioniso es despedazado en siete partes que pueden representar los días de la semana, los catorce pedazos del cuerpo de Osiris pueden aludir a las catorce divisiones del año egipcio.

27 Posiblemente el miembro viril de Osiris fue devorado por un pez.

28 En algunas escenas figurativas, la resurrección del dios Osiris está representada con la germinación del grano. El cuerpo del dios yace sobre el lecho. Pero Osiris no está muerto: entre sus manos sostiene un órgano genital erecto, sobre el que la diosa Isis está suspendida en el aire bajo la forma de una  hembra de halcón. Según el mito, recibe el semen de Osiris y dará luego a luz a Horus, en el que Osiris volverá a la vida. Horus es el hijo legítimo y sucesor de Osiris y por ello debe vencer primero a Seth, el hermano asesino de su padre, antes de poder ascender al trono. En otra versión en la que Seth es destruido íntegramente bajo la forma de un hipopótamo. Kurth, Dieter. El orden del mundo petrificado. Los templos tardíos. En Schulz, Regine; Seidel Matthias (eds). Egipto. El mundo de los faraones. pp. 310-311.

29 Como dios relacionado a la vida y la muerte, Osiris es representado en posición de momia y corona (atef) formada por tallos de plantas y plumas de avestruz. Schulz, Regine. “Los dioses del antiguo Egipto.” Ibid.  p. 523

30 Las fiestas de Osiris formaban parte de las ceremonias de renovación anuales. Luft. Ulrich. Un mundo diferente: las ideas religiosas. Ibid. p. 422.


31 Osiris es una divinidad de la vegetación y de las cosechas procedente de la región del Delta.  Como el rey del más allá, Osiris es dotado con las insignias del monarca, el cetro curvo y el flagelo. Uno de sus lugares de culto más importantes era Abidos, donde se encontraba su tumba mítica y donde se celebraban representaciones de misterios en su honor. Ahí, Osiris se convierte en el primero de los  occidentales, es decir, en el representante y garante por antonomasia de la otra vida, del hecho de la resurrección y de la justificación con ella vinculada. El dios-Sol Re comparte con él la función de velar por el ciclo de la realización de la vida cósmica y le cede la vigilancia del tiempo de la noche y del mundo de los muertos. Él está investido de la función de juez, es quien ayuda a encontrar los caminos hacia el dios-Sol después de que el tribunal ha dictado un fallo favorable en el juicio de los muertos." Görg, Manfred. Dioses y divinidades. Ibid. p. 440. 

32 Ibid. p. 443.

33 “Dionisos va  -como Osiris- en conquista hacia el Oriente, y llega a la India enseñando el cultivo de la vid y la miel. Dios del vino: aspecto tardío según los estudiosos que afirman  que no fue el vino lo que dio origen a las celebraciones dionisiacas, pues anterior a sus usos era la existencia de las orgías inducidas por la inhalación de semillas de cannabis o el consumo de amanita muscaria. La constante es el orgiasmo.” Cross, Elsa. “Los nombres de Dionisos.” En La realidad transfigurada. En torno a las ideas del joven Nietzsche. p. 103.


34A la naturaleza le agrada ocultarse. Heráclito. Fragmentos filosóficos. En Los presocráticos. México, Fondo de Cultura Económica,  3era. reimpr. de la 1era. ed., Colección popular, 177, 1980. p. 240. (Tr. Juan David García Bacca).

35 Young, Dudley. “The Lamentations of Isis/Osiris.” In Origins of the Sacred. The Ecstasies of Love and War. pp. 248-249.

36 Dioniso y Hades son uno mismo. Heráclito. Fragmentos filosóficos. En Los presocráticos. p. 240. Fragmento XV. Sabbatucci ha planteado una relación próxima entre Osiris y Perséfone (Kore). El primero padre de Horus y asesinado por su propio hermano (Seth) y la segunda hija de Démeter y desposada por su tío (Hades). Ambos están relacionados a la agricultura y al reino de los muertos. p. 242. La pareja Osiris-Horus es el equivalente masculino de la integrada por Démeter-Perséfone. En Egipto, el padre es la víctima que se convierte en soberano de los muertos y su hijo el vengador, mientras que en Grecia la hija raptada es la soberana de los muertos y es vengada por la madre. Sabbatucci, Dario. Essai sur le mysticisme grec. Paris, Flammarion, 1982. pp. 242-244. (Edizioni dell’Ateneo, 1965. Tr. Jean.Pierre Damon).

37  Young, Dudley. Origins of the Sacred. The Ecstasies of Love and War. p. 136.

38 En vida, el faraón pide al sol que le ayude a no caer bajo el dominio de Osiris (...) El occidente, el camino de los muertos, se convierte en una región osiriana; el oriente permanece como privilegio del sol. Por eso, en los textos de las pirámides, los osirianos hacen el elogio del occidente y denigran el oriente: “Osiris no camina en esas regiones del oriente, sino que camina  en esas regiones del occidente, por el camino de los seguidores de Ra” es el opuesto de las recomendaciones de la doctrina funeraria solar que dicen así: “No camines por esos caminos del occidente, donde los que se aventuran no avanzan, camina por los de oriente, los caminos de los seguidores de Ra.” Eliade, Mircea. Tratado de historia de las religiones. México, Era, 8va. reimpr. de la 1era. ed., 1992. p. 139 (Traité d'histoire des religions. Paris, Payot,  1964).